El edificio de la antigua comisaría de Policía de la Gavidia, situado en la Plaza de la Concordia y proyectado por el arquitecto Ramón Montserrat Ballesté a principios de los años 60, es el primer edificio que bajo la línea y materialidad del Movimiento Moderno consiguió “colarse” en un casco histórico tan consolidado como el de la ciudad de Sevilla.
El edificio está fragmentado en tres volúmenes de diferentes alturas; el primero de dos plantas, el segundo de cuatro plantas y, entre ellos y perpendicularmente a la fachada principal, el tercero y más alto de todos con seis plantas que, además, divide el espacio libre interior en dos patios de diferentes superficies. Todo esto con la clara intención de configurar un juego volumétrico que en todo momento atiende a la Plaza de la Concordia, sirviéndose de ella y viceversa.
En el año 2001 comienza el declive de la comisaría de la Gavidia con su orden de cierre, fecha en la que se inicia un progresivo abandono del edificio que le ha llevado a un estado de degradación persistente hasta nuestros días.
En 2006 el Ayuntamiento de Sevilla compra el edificio por una cantidad cercana a unos 10 millones de euros, así como la cesión de varios solares para la ubicación de nuevas comisarías en la ciudad. Estas decisiones tomadas por el Consistorio provocan un constante debate sobre el inmueble y su uso.
En definitiva, ¿qué podemos hacer con este icono arquitectónico protegido por el PGOU con un grado C y por la Ley de Patrimonio Andaluz de 2007 como 'Bien de Catalogación General'?
Esta serie de sucesos son los que lleva a Entre Adoquines a organizar el Workshop sobre el edificio. En él se habló, trabajó y debatió sobre 'La Gavidia' para intentar responder a la pregunta antes planteada.
El trabajo fue encaminado entre todos los participantes, profesores y profesionales de la arquitectura que colaboraron a través de tres vías principales ...